Política de Cookies

El modelo de enfermedad

Con muchos matices, podríamos describir que la actuación médica actual se basa en el diagnóstico de la enfermedad y en la aplicación de medidas para terminar con ella y devolver al paciente a la salud, que sería precisamente la ausencia de enfermedad.

Tanto el estudio de la enfermedad, como las medidas que se aplican han sido previamente estudiadas pasando el filtro del método científico, estudios de laboratorio, descriptivos, ensayos clínicos, revisiones de bibliografía, meta-análisis, guías de práctica clínica que renuevan el conocimiento sobre el funcionamiento del cuerpo, sobre cómo enferma y cuáles son las mejores intervenciones para sanarlo.

Al menos es así como en los últimos 30 años se ha transformado la práctica médica y cómo se ha impuesto el modelo de la MBE (siglas de Medicina Basada en la Evidencia). Un funcionamiento, a priori, muy necesario, que aporta muchos beneficios al ser humano y que nos ha ayudado, como especie, a eliminar y sino, cronificar muchos de los problemas de salud que afectaban a la población.

Pero hay sombras, hay problemas para los que este modelo no está preparado y que hace sufrir a una parte de la población, algo que vemos a diario los que trabajamos en clínica.

El modelo actual ha sido muy eficaz contra las enfermedades infecto contagiosas, los traumatismos y los eventos agudos que hacen peligrar la vida del individuo. Pero están en auge las denominadas enfermedades de la civilización, entidades que se han ido etiquetando, que responden a un cuadro clínico, muchas veces sin pruebas complementarias concluyentes y con difícil tratamiento.

Problemas que no solo engloban el cuerpo, sino que muchas veces afectan a la mente y a la interacción cuerpo / mente.

Estamos hablando de:

  • Diabetes mellitus tipo II
  • Obesidad
  • Enfermedades cardiovasculares
  • Autoinmunes,
  • Síndromes de dolor crónico
  • Desórdenes mentales (tales como la depresión, la ansiedad, el trastorno adaptativo)
  • Síndrome metabólico
  • Hipotiroidismo
  • Problemas de fertilidad
  • Disfunciones de las esfera ginecológica (dismenorrea, SOP, Endometriosis…)
  • Algias del aparato locomotor (contracturas!!, omalgias, fascitis, lumbalgias…)
  • Artrosis y repuntes inflamatorios de éstas
  • Alergias, sensibilidades e intolerancias
  • Síndrome del intestino irritable
  • Fibromialgia
  • y otras entidades más complejas y con más peligro para la vida de los pacientes

Además de muchos síntomas que se dan por normales o que se intentan paliar con medicación anti»x» (x=síntoma)

  • Dolor de regla
  • Vértigos.
  • Inflamación
  • Dolores corporales
  • Fiebre
  • Ardores de estómago
  • Estreñimiento, diarrea, alternancias
  • Reflujo Gastro Esofágico (RGE)
  • Hinchazón abdominal, dolor abdominal leve
  • Gases
  • Cansancio, fatiga, nebulosa mental.
  • Alteraciones del sueño
  • Intolerancias alimentarias.

La exposición a diario a pacientes con estos síntomas, muchos de ellos de muchos años de duración, sin una respuesta más allá de la cronificación y el paliativo temporal, lleva al profesional, a buscar fuera del sistema de conocimiento establecido y a intentar buscar conocimiento, vivencias  y realidades diferentes que ofrezcan respuestas diferentes y soluciones a estos problemas.

Sin tener solución a todo ello, sí que existe un conocimiento sobre el que construir que aporta grandes beneficios a las personas y esto es el fundamento de esta serie de posts. Una forma de entender la salud diferente que puede hacer tambalear creencias, que puede generar rechazo inicialmente pero que presenta un camino diferente, seguro y con algunas soluciones que el modelo actual no ofrece.

Como ya se ha dicho, lo ideal sería la convivencia de ambos modelos, sin querer explicarlo todo con uno de ellos sino con la aplicación correcta en cada caso y en cada momento.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

He leído y acepto la Política de Privacidad y el Aviso Legal.

Scroll al inicio