S. Inmune (IV) Las vías de información en el Sistema inmunitario.
Seguimos con el sistema inmunitario y nos vamos a centrar hoy en cómo se comunican las células entre sí, pero intentando que no sea excesivamente técnico el post.
Cuando hablamos de la comunicación entre las células, es un tema complejo. Vamos, como todo lo que estoy abordando en esta serie.
En el sistema inmune, es muy importante esta comunicación intercelular, porque los leucocitos han de poder desplazarse por todo el cuerpo, han de saber a dónde ir y, sobre todo, han de saber a quien atacar y ante que estructuras ser tolerantes.
Esto último, veréis que es muy importante.
Vamos a hablar, por lo tanto de dos mecanismos diferentes. Por un lado, cómo se comunican las células entre sí. Y por otro lado, cómo reconoce el sistema inmune a quién ha de tolerar y a quién no.
Lo primero que tenemos que entender es que las células del cuerpo y los propios leucocitos segregan, para comunicarse, una serie de proteínas llamadas citoquinas.
En cualquier parte del cuerpo, cuando una región se ve sobrepasada en capacidad y cuando se ve estresada, lo que hace es crear citoquinas dentro de su medio y expulsarlas para que células del sistema inmune las reconozcan y acudan al lugar.
Además, de que la célula del sistema inmune innato que se encuentra el problema, lo que va a hacer es crear nuevas citoquinas para que el sistema inmune pivote, o se potencie en una dirección u otra.
De esta forma, las células del sistema inmune tienen un modo de poder acudir allá donde se necesitan y a su vez poder amplificar esa actividad. Hay citoquinas que dan una señal que favorece la inflamación, otras que dan una señal antiinflamatoria.
En el caso de la actividad linfocitaria es muy interesante que, en función de las citoquinas que segrega un linfocito CD4 va a dar una respuesta encaminada más hacia Th1, Th2, Th17 o TReg, activando y haciendo efecto llamada a unas células o a otras.
Imaginaros, cuando hay trabajo muscular, que siempre se dan pequeñas lesiones, pequeñas micro roturas, cuando hacemos trabajo de fuerza, por ejemplo. Pues las células musculares segregan miokinas, que dan lugar a que las células del sistema inmune puedan llegar e iniciar el proceso de reparación y regeneración con un efecto regulador y antiinflamatorio a nivel general, de aquí uno de los motivos para realizar actividad muscular de forma regular.
A nivel clínico, algo a tener muy presente, es la secreción de citoquinas por parte de los adipocitos, que son las células que forman el tejido graso del cuerpo.
Estas adipocitoquinas generan una activación inmunitaria a nivel global, con mayor gasto de sustrato, que se traduce en cansancio y fatiga, menos actividad reguladora de los linfocitos y tendencia a procesos inflamatorios con más difícil resolución, y en múltiples tejidos, desde el tejido conectivo, a nivel orgánico o a nivel vascular. (pensemos que los problemas cardiovasculares son la principal causa de muerte en occidente). Ya os hablaré de esto en profundidad en otro capítulo en esta misma serie. Es uno de los motivos por los que se inicia y mantiene la inflamación de bajo grado.
LOS ANTICUERPOS
Pero vamos con otro pilar importante de la comunicación celular en el sistema inmune y éstos son los anticuerpos.
Los anticuerpos o inmunoglobulinas son proteínas que segregan los linfocitos B y algunas células del cuerpo, para detectar y marcar a los antígenos a los que apuntan.
Los anticuerpos son muy interesantes a nivel biológico. Esto es debido a que, una parte importante de ellos, son específicos para cada tipo de patógeno, es decir, que son la expresión más avanzada de adaptación al medio.
Es más, el propio sistema inmunitario va aprendiendo a crear esos anticuerpos a medida que se va desarrollando, a medida que va entrando en contacto con los diferentes antígenos.
Esto es super interesante, mirar, si un microorganismo entra en contacto con nuestro cuerpo, lo primero que se encuentra es la barrera mucosa, si consigue pasar va a recibir a las células del sistema inmune innato, posiblemente un neutrófilo o un macrófago.
Lo que puede pasar es que el microbio caiga o que esta defensa inespecífica no sea suficiente. Si es un microorganismo conocido, lo que va a pasar es que la actividad linfocitaria va a buscar esos anticuerpos de memoria que tenemos de la infección anterior, los va a replicar y neutralizará al microorganismo.
Si el microorganismo nos infecta por primera vez, se establece una defensa del cuerpo ante la infección, con los síntomas clásicos que variarán en función del tejido afectado. Poco a poco el sistema inmune buscará la solución dentro de las opciones que hemos ido adquiriendo a lo largo de la evolución múltiples mecanismos que nos permiten sobreponernos a la gran mayoría de infecciones, cambios en el medio con el que nos relacionamos, múltiples agentes y de forma natural.
Existen infecciones y microorganismos que han asolado a la humanidad a lo largo de nuestra historia y esto se da cuando la infección es mayor a la capacidad de reacción del organismo. Esta situación es para ciertas enfermedades muy específicas, que gracias a los avances de la medicina, a las mejoras de los medios higiénico sanitarios se han controlado y descendido.
Y aquí llegan los peligros y donde veo que el ser humano se está alejando de la naturaleza.
Este es un tema peligroso, voy a ir dando información poco a poco, e intentaré abordarlo con argumentos e intentando rascar lo menos posible… pero es que hay otra forma de ver las cosas, mucho más natural, mucho menos artificial, sin tanto control; que nos permite vivir más sanos y comprendiendo las cosas de otra manera.
Vamos a ello. Lo primero es entender que vivimos en un entorno y que relacionarnos con él nos hace estar mejor adaptados.
Cuando hablo de entorno hablo de microorganismos, sobre todo bacterias y virus, pero también hongos y otros unicelulares que están omnipresentes en el medio. Están en nosotros, en las superficies, en el aire, en el agua… exponernos a ellos, sobre todo en la infancia, en la primera infancia nos permite desarrollarnos acorde al medio en el que estamos. Los procesos que se suelen llamar víricos, son procesos naturales que todo niño ha de pasar para adaptarse al medio. Es como un peaje que hay que pagar por vivir donde vives.
El error lo veo yo, y creo que es un problema, con la hiperhigiene, cuando no se deja que el niño contacte con las cosas, que toque el suelo, que se lleve las cosas a la boca, que entre en contacto con animales, que reciba besos de familiares y allegados. Si tenemos el instinto de meternos todo en la boca cuando somos bebés, no creéis que será por algo?
Pensar en ello. No hay que ir al otro extremo y vivir rodeado de mierda, con animales sucios y sin contacto con el agua. Lo bonito, como siempre es vivir en el gris, más clarito o más oscuro según las ganas y posibilidades, pero los microorganismos son los verdaderos habitantes de este planeta, la lucha que tenemos contra ellos, no la vamos a ganar, y lo mejor que podemos hacer es conectar con el medio, y mantener nuestro cuerpo y nuestra alma en las mejores condiciones posibles.
LAS VACUNAS
Volviendo a los anticuerpos, otro problema que veo es, la interpretación o la imagen que tenemos de las vacunas. Las vacunas a nivel conceptual, aunque hay de muchos tipos, son una herramienta con la que se informa al sistema inmunitario de una amenaza, antes de que haya contacto con ella. De forma que el sistema inmune crea anticuerpo para reconocer al agente infeccioso y cuando se de la infección la respuesta sea más eficaz.
Este proceder ha sido de ayuda para acabar de erradicar total o casi totalmente enfermedades como la viruela, la poliomielitis, las paperas, el sarampión, la rubeola… pero no pensemos que podemos erradicar todas las enfermedades con ellas, y creo que el uso a dar tiene que ser responsable.
Hay mucha discordia en este tema, a nivel personal intento mantenerme en un punto neutro, pero hay argumentos que se tienen que valorar.
El primero es que la vacuna lleva muchas sustancias que no son inocuas, pero éste no es un gran problema, el cuerpo se sobrepone a casi todo.
Lo que sí que es algo a tener en cuenta es que, con una vacuna, nos estamos saltando todo el proceso natural de infección y reconocimiento del antígeno y estamos acudiendo con un patógeno directamente a estimular un proceso inmune adaptativo, sin que haya reconocimiento por parte del sistema inmune innato, ni en las mucosas. Es como entrar en una casa, con un mensaje, pero por la chimenea. ¿Se puede hacer? Sí, por supuesto, es una forma muy ingeniosa de evitar males mayores ante enfermedades graves, pero ¿Lo deberíamos hacer contra todo, de forma sistemática? Ahí es donde quiero hacer pensar. Hay problemas que vale la pena pasarlo y seguir el proceso natural. Lo que es, como vengo diciendo un motivo de discordia y tampoco quiero focalizarme en esto.
Lo que quiero venir a decir es que las vacunas son útiles, pero hemos de asumir que hay problemas que van a estar aquí con nosotros, y que aquello que no sea mortal ni un grave peligro para la sociedad no debería implementarse de forma sistémica, ni anual, no creo que tenga sentido una vacunación anual para este tipo de enfermedades, es demasiada dosis para el beneficio, creo yo…. Ya digo que es un tema muy complejo y con el que se alzan muchas voces y muy violentas. Ya iré añadiendo información a lo largo de esta serie.
LOS SISTEMAS DE HISTOCOMPATIBILIDAD
Otro tema a comenta es por qué atacan las células del sistema inmune a unas estructuras u otras.
Pues simplificándolo mucho, pero mucho, tenemos que entender que en el ADN, en el manual de instrucciones que heredamos de nuestros padres, que no dejan de ser dos individuos funcionales que han llegado a la edad adulta y que han tenido la capacidad de procrear y sacar adelante a una nueva generación.
Pues en este manual, en este ADN heredamos todos los mecanismos de regulación que necesitamos para sobrevivir casi de forma perfecta. Digo casi, porque muchos mueren por el camino. Pero en este manual está la capacidad de que las células del sistema inmune reconozcan los complejos que hay en la membrana de todas y cada una de nuestras células, o que las propias células del sistema inmune reconozcan un alimento y no se inflame el intestino para expulsarlo, lo que sería una sensibilidad, una intolerancia o una alergia.
Tanto este propio mecanismo intrínseco, que depende del ADN, como, aún más importante el aprendizaje de uso que hacemos a lo largo de la vida, lo que sería la epigenética, hace que toleremos y no reaccionemos a ciertos microorganismos, o sí que reaccionemos a ellos. Y esto depende de que las células del sistema inmune, hagan contacto con cualquier sustancia y la reconozcan a través de proteínas que hay en la superficie. Lo que se llama los complejos de histocompatibilidad. Algo muy complejo, muy importante de entender en la autoinmunidad, pero algo que se sale de nuestra jurisdicción en este medio.
De todas formas quedémonos con esta idea. Las células del sistema inmune escanean cada organismo o sustancia con la que entran en contacto y de ese contacto activan a total o parcialmente el sistema inmune o se quedan calladitas y tolerantes. Es una actividad constante, de control y vigilancia ante todo lo que interactúa con nosotros. Por lo tanto… Idea que os dejo… Regular el sistema inmune es no darle actividad constantemente. Para ello, comamos menos veces al día, démosle tiempo de descanso e inflámate con actividades para las que está preparado y por las que obtienes beneficio, como son el ejercicio físico.
Y poco más, hasta aquí llegamos.
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