Resumen
Empezaremos reflexionando sobre la falta de estudios filosóficos en la adolescencia, destacaré la cambiante naturaleza de la filosofía y su influencia en la sociedad. Llegamos a la realidad de que tenemos altos niveles de depresión a pesar del progreso científico y tecnológico, cuestionando qué es lo que falta en nuestras vidas.
Os comentaré el caso de una paciente anciana, y como la coherencia entre su fe cristiana y sus acciones eran parte de su motor de vida.
Exploraremos la conexión entre filosofía, religión y normas sociales, destacando la importancia de dar respuestas a preguntas fundamentales.
Concluiremos destacando el papel y la importancia de la autoayuda, aunque recalcando la necesidad de ajustar expectativas y asumir la responsabilidad de nuestro propio camino.
Capítulo
Guion
La filosofía duerme en el fondo de la mayoría de las ideas, pensamientos y creencias que tenemos.
A mí, hace años ni se me habría pasado por la cabeza ponerme a hablar específicamente sobre filosofía y menos en un podcast en el que intento hablar sobre salud, sobre Osteopatía y sobre temas sobre los que he estudiado y vivido muchísimo. De hecho, se me hace difícil hablar sobre ella, precisamente porque no la he estudiado en profundidad.
Pero sí que llevo un tiempo interesado en muchas de las preguntas que se han hecho, desde que hay registros los grandes pensadores de la humanidad. De hecho, cuando me he interesado, leído y escuchado sobre la filosofía me he encontrado que en osteopatía, sobre todo, pero también en la PNI y en la fisioterapia hay conocimiento filosófico.
En todos sitios hay filosofía, desde los 17 años que no la estudio y, por supuesto, no soy filósofo.
La Filosofía, fue para mí, una asignatura de primero de bachillerato la cual pasó con más pena que gloria. Cambié algunas clases por el bar o el parque y cuando iba escuchaba hablar de teorías que explicaban medias verdades de una forma parcial de entender una realidad.
Teorías que explicaban unos señores que pensaban mucho y en mi opinión, con mucho tiempo. Teorías sobre el origen de la vida, la estructura de las cosas, el desarrollo de las diferentes especies, el funcionamiento del cuerpo y del alma humana, la sociedad, la organización de las sociedades humanas y multitud de campos que constituyen carreras como la antropología o la política.
La filosofía establece el esqueleto, la arquitectura del sistema de creencias global, piensa que en la raíz profunda de casi todo lo que crees que es verdad está el discernir de la mente de un filósofo. Sí amigo, mucha gente ha ido plantando ideas (que gran concepto) dentro de tu cabeza y ni lo sabes.

Algo que pasa con este conocimiento, es que es cambiante, lo que una generación o una época se establece como correcto o como una verdad, en la siguiente época alguien coge ese conocimiento, lo lía, le pasa la lengua por el papelillo, se lo enciende con un mechero caro y se lo fuma…
Es la forma de avanzar en el conocimiento. Una cosa que me parece curiosa es que el ser humano entiende la realidad en base a la tecnología que le rodea… esto lo dejaré para la newsletter, que por cierto, te recomiendo que entres en mi web y te incribas.
A lo que iba, vemos como, a lo largo de la historia, los diferentes filósofos llegan a contradecirse entre ellos, un autor promueve una forma de pensar, se crea una escuela y aparece otra que dice lo contrario.
Un conocimiento tan cambiante y variado, no genera seguridad… con 16 años, la reacción lógica es: “adiós filosofía, nos vemos en la siguiente vida”.
Actualmente, vivimos en una era científica y tecnológica, materialista y racionalista, lo físico, lo tangible, la materia, la razón y en ella nos sumergimos, buscamos respuestas a nuestras preguntas, muchas veces las encontramos, pero otras muchas nos quedamos muy lejos de ellas.
Podemos decir que en la ciencia actual hay muchísimo conocimiento que describe de forma muy coherente, muy tangible nuestra realidad.
Es brutal lo que se ha conseguido en los último 140 años. Nos movemos por todo el planeta, nos comunicamos en segundos con la otra punta del mundo, la esperanza de vida es cada vez más larga, vivimos más cómodamente.
Cosas como las intervenciones quirúrgicas a distancia, el transporte sin conductores, cosas que parece que llegarán.
Avanzamos, tenemos más conocimiento, vivimos más cómodos, con más bienes, más riquezas, pero inexplicablemente, seguimos con unos niveles de depresión en la sociedad altos y subiendo.
Somos más infelices teniendo y sabiendo más.
A lo mejor es que la relación que se ha querido establecer entre estado de ánimo y tener un medio menos hostil no es adecuada, pero es la asociación clásica en el inconsciente colectivo.
Trabaja y podrás tener, estudia y podrás tener, se bueno y podrás tener. No sé si os resuena esto a alguno. Trato a mucha gente con dolor persistente, es decir, gente que vive desde hace meses o años, con dolor, sufriendo.
Además, me gusta observar a todo aquel con el que hablo e intercambio opiniones… me fijo en las expresiones, en los comentarios, en la expresión facial, el tipo de energía que evocan las personas al comunicarse.
Expresiones negativas, quejas, reproches, evocamos (ya que yo me incluyo) frustración, miedos, ira, un vacío interior que no conseguimos llenar, un vacío que vive en nuestras profundidades, que no nos permite fluir y nos coarta la vida.
La pregunta que te estarás haciendo… ¿Qué Tiene que ver la Filosofía con esto?
Pues cuando nos ponemos a pensar en estas cosas, en la paradoja, «Vivimos mejor, pero seguimos quejándonos» ¿Qué es lo que nos falta? Buscas información, observas a otras personas que impresionan de mayor plenitud, que se muestran más felices y no hablo de instagram.
Personas que ves en paz, indagas, te preguntas, ¿Que hay en ellas que en mí no?
Recuerdo una paciente que tuve en el hospital, tenía en aquella época 80 años.
Le habían operado el hombro derecho, pero un año antes ya había sido intervenida del izquierdo. Dos operaciones que decidió hacerse en diferentes años, porque no era capaz de elevar los brazos y tenía mucho dolor.

En mi opinión, en ese momento, una locura, pensarlo, lo que supone pasar por quirófano para que te coloquen una prótesis invertida de hombro, y hacerlo 2 veces, con más de 80 años, la rehabilitación… realmente no es nada fácil.
El caso es que venía conmigo 3 veces por semana, le movía el brazo intervenido, le enseñé ejercicios para volver a ganar fuerza, movilidad, íbamos hablando de la vida, de sus cosas, de las mías, de qué había trabajado en su juventud, de todo lo que había hecho, de su situación actual, en la que cuidaba de su marido, ella, pese a su situación.
A su marido le había dado un ictus hace unos años, por lo tanto, ella se había hecho cargo de su cuidador, de ayudarle a pasear y llevar adelante todas las tareas de su casa (pensar que hablamos de otra generación).
Os puedo decir que sentía admiración por ella, me parecía una mujer, un ser humano muy fuerte, además con un estado de ánimo y un nivel de energía muy buenos. Lo que es seguro, es que estaba aprendiendo yo más de ella que ella de mí.
Pero algo que me chocó fue su fe, era cristiana y creyente, rezaba a diario, y creía en cosas con las que ella, en su día a día, era coherente.
Me explico, su comportamiento, su forma de proceder, el cómo trataba, hablaba y cuidaba a los demás seguía fielmente unas normas y una moralidad, en su caso la cristiana.
Una coherencia con sus actos que le ayudaban a tener más fuerza. Lo que en algunas corrientes filosóficas Helenísticas llaman tener Virtud.
La metáfora para mí es que su edificio tenía unos grandes cimientos y las cargas bien repartidas. Lo que podría entender como espiritualidad, el conjunto de creencias, conductas y hábitos que le permitían tener su alma, o algo similar a su mente, en calma.
Seguro que no era su única fuerza, pero me he encontrado alguna persona con la que he llegado a pensar de forma similar.
Mi conclusión no es que ser cristiano y abrazar la fe te vaya a permitir solucionar tus problemas. Pero sí que me tiré unos años investigando, escuchando y leyendo sobre diferentes religiones, básicamente el taoísmo, el budismo y el cristianismo. Un de las ideas más relevantes a las que llegué fue que la religión ofrece al practicante varias cosas a cambio de creer en ellas y seguir sus normas morales.
Ofrecen una forma de entender la vida, de comprender y asumir la muerte, el saber que hay más allá de la propia muerte, que nos espera. Nos hablan del origen del mundo y como llegamos a lo que somos. Pero paralelamente, a cambio de respuestas y de un buen provenir, nos ofrece unas costumbres y unas normas para vivir y convivir.
Esto es lo que llamamos la moral.
Hablamos de moral como el “el conjunto de costumbres y normas que se consideran «buenas» para dirigir o juzgar el comportamiento de las personas en una comunidad. También es la diferenciación de intenciones, decisiones y acciones entre las que se distinguen como propias y las impropias.”
La ética, es el otro gran concepto a destacar, que es el estudio de la moral que se hace desde la filosofía.
La ética es variable, de hecho, la moral humana varía en cada entorno, sociedad y época y es esa parte de la filosofía que en mi caso me engancha a estudiarla.
Esto es así porque la subjetividad de cada ser humano, su relación con su medio, lo que desarrollé en la serie sobre la sociedad, (os invito a escuchar esos capítulos), condiciona mucho el funcionamiento del cuerpo humano.
Nuestros sistemas se pueden ver potenciados o limitados por la presencia de emociones que se crean entre el choque de nuestra subjetividad con esa moral que flota en la sociedad.
Una de las cosas que pasan en nuestra sociedad es que la libertad que impera nos aleja de la moral propiamente dicha, algo que no critico, de hecho, nuestra moralidad, básicamente, consiste en no transgredir unas leyes que aseguran que no le hagas daño a otra persona.
Hay comportamientos como ceder el asiento, respetar el paso de otra persona, aunque tengas prisa, simplemente sonreír a otro…cosas como no integrar a otras personas en un grupo, pasar por encima de otro para conseguir algo que quieras, a toda costa. Cosas que son legales, pero que generan perjuicios en otros. Quedan delegadas a la ética y la moral, sin ningún tipo de consecuencia…
Acciones, hábitos por los que no vas a recibir castigo, pero que van a reportar mal en otros y en ti mismo.

La ética de algunas corrientes filosóficas y la moralidad de las religiones buscan aportar unas normas más allá de lo básico que tenemos en nuestra sociedad.
Cosas que si aplicas y cumples te van a reportar un beneficio en esta vida y la promesa de que habrá algo en el más allá cuando mueras. Muchas de las preguntas que la fe responde, de hecho, son temas que vamos a tratar en el podcast.
Temas como son el origen de la vida, la muerte, lo que hay después de ella, entender nuestro entorno, nuestro universo, son las grandes preguntas, que la filosofía, la ciencia y la religión intentan responder. Cada una desde su punto de vista, con sus limitaciones, pero con sus verdades parciales y con sus seguidores, de hecho es un trinomio que es difícil que dialogue.
Pero vamos a seguir con mi indagación. Estamos en un momento de la historia donde la ciencia ha cogido el cetro de mando e intenta responder a todas estas preguntas y seamos claros, una gran explosión hace 13.800 MA con un universo en expansión, un planeta donde la vida surgió de un caldo primigenio en unas condiciones determinadas por el azar; una vida material en la tierra que deja como resultado la nada, un cuerpo que sirve de alimento a hongos, bacterias y gusanos…
Pues bien, es una historia bien argumentada, pero que no acaba de convencer, o al menos me lleva a seguir investigando. Digamos que me cuadra más que el génesis de la biblia, pero he necesitado encontrar más conocimiento y de ahí mi reconciliación con la filosofía desde hace unos años.
Desde los griegos, romanos, a la edad media, el renacimiento, la ilustración y siglo a siglo, centenares de filósofos intentando dar respuesta a muchas de estas preguntas y a buscar esas conductas que nos enseñan a vivir, a entender lo que nos pasa, a conocer lo que somos, como reaccionamos, como nos sentimos y como nos podemos trabajar.
Llevo unas semanas enganchado a ANAIDEIA, se define a si mismo como podcast cínico de divulgación filosófica. Además de mucho conocimiento y un paseo por la historia de la humanidad desde los autores y corrientes filosóficas, el autor va aportando conclusiones y opiniones que me resultan interesantes.
Una de ellas es que la autoayuda, muy consumida, pero muy menospreciada, está muy impregnada de filosofía, autores que nos intentan ayudar a conocer nuestro funcionamiento interno, nuestra ingeniería interior extraída de pensadores de todas las épocas.
Creo que el consumo de la autoayuda es necesario, porque lo que hacen estos autores es divulgar las ideas que han destilado de un conocimiento mucho más profundo y es una labor que aporta muchísimo.
El problema, bajo mi punto de vista es que hay que bajar las expectativas y el lugar donde ponemos a estos divulgadores de la autoayuda… me explico, nadie te va a salvar de sufrir, ningún curso, conocimiento, libro, ni la ciencia más pura, ni ningún podcast, sobre todo éste. Nadie te va a dar las respuestas o lo que tienes que hacer para sobreponerte a los eventos y diferentes situaciones de la vida.
De todos vas a sacar ideas, herramientas y conocimiento y tú vas a tener que diseñar y adaptarte a las piedras de tu camino.
Aprender y caminar, si es que la vida es eso, levantarse, andar, correr, caerse, reflexionar y seguir andando, hasta que no puedes andar más, alguien te ayuda, te levantas, sigues andando, aprendiendo y buscando… hasta que un día recoges tus bártulos y al siguiente plano o a la nada o a donde creas.
En esta metáfora del camino podemos entender nuestra vida.
E insisto en que todos los divulgadores, todos, son imperfectos, porque nadie dispone de una verdad para seguir un camino perfecto y con su ejemplo nunca van a poder llevar a cabo su propuesta de forma constante.
Seguro que aquel que sigues por su propuesta de dieta, no la sigue constantemente, o seguro que aquel que divulga el estoicismo no es capaz de ser un sabio estoico… Es lo normal, ni ellos son perfectos, ni su camino es perfecto, ni la ayuda que vamos a recibir es total.
Se trata de coger lo que podamos, de aprender lo que seamos capaces y bajar el listón, para lo que nos pedimos a nosotros mismos y lo que esperamos de los demás.
Reconduzco para acabar con esta introducción a la filosofía.
Como ya intuís porque me repito bastante, mi forma de entender la salud es totalmente global, todo influye para bien y para mal. Para valorar a un ser humano hay que verlo desde su anatomía y fisiología y su interacción con el mundo, lo biológico, lo mecánico, lo social, lo espiritual y todas las relaciones que se establecen, aquello del modelo bio-psico-social que os contaba allá por el capítulo 16 del podcast.
Aquí intento entrar en el vitalismo adoptado por Still, este conocimiento se convierte en una realidad en la clínica diaria. Pensarlo, una forma amplia de comprender cada caso con un gran marco de conocimiento.
Esto, en mi caso, me hace entrar en flow cuando escucho o leo de filosofía, una filosofía práctica, con repercusiones en tu vida, donde tu forma de entender las cosas es importante para los resultados y tu estado de salud. Una realidad que espero poder llegar a transmitir, desde luego ese es uno de mis objetivos.

Hay una frase de Roland en el capítulo 39 que viene a decir que la filosofía anima, nutre y mueve las manos del Osteópata y un poco es eso. Hay que valorar más la parte no específica del tratamiento, no solo la parte técnica, tenemos que formarnos para abordar esta parte más humana de nuestro paciente y como paciente entender toda nuestra humanidad y el funcionamiento de nuestro cuerpo, no creer que me duele el hombro únicamente porque un tendón o una bursa está lesionada o inflamada, aunque esto venga de un médico y de una resonancia magnética.
La frase de Roland creo que va un poco más allá, se trata de que el conocimiento, la forma de ver la realidad del Osteópata, todo ese conocimiento científico y filosófico se ve representado en su terapia manual, las manos impregnadas de filosofía viene a explicar ese intercambio de información que es el arte terapéutico Osteopático.
Sé que divago, pero poco a poco veis como siempre estoy hablando de un mismo conjunto de ideas.
No os lío más, introduciré la filosofía con un capítulo más, y después os compartiré una entrevista espectacular con Miguel Campos en la que os hablamos de estoicismo.