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El Proyecto Salud (1) Introducción

Hoy empezamos una nueva serie de capítulos que tenía muchas ganas de iniciar, vamos a hablar de lo que he bautizado como El proyecto salud. Hace 3 años casi, llegó a mí la productividad personal, vino a llenar un hueco que me faltaba para poder progresar en algunas cosas.

El caso es que cuando empiezas a poner en perspectiva tu vida y cuidarte es una necesidad, generar un área de influencia, un gran proyecto que sea tu salud y empezar a trabajar en ello es una forma objetiva, estructurada, sostenible y estable de mejorar día a día.

De esto va esta serie, vamos a tardar un poco en introducirlo, pero empezamos…

Vamos allá con el resumen de este capítulo.

Desde hace ya 12-13 años empecé a entender que cuidarse es importante, no para vivir más, que eso no lo podemos controlar, pero sí para estar mejor.

Ha sido muy complicado llegar a instaurar unos mínimos hábitos saludables, y he necesitado de mucha información para poder confrontar creencias y poder romper hábitos muy instaurados en mis rutinas.

Ya cuando empecé a estudiar Osteopatía, allá por el 2011, me empecé a encontrar personas que hablaban de la importancia de comer bien, de intentar ver las cosas de forma diferente, de entender la vida de otra manera, la importancia de conocer nuestro medio y cómo nos relacionamos con él… con la información que recibes.

Fui cambiando cosas, poco a poco, pero ha sido a partir de 2020, cuando empecé PNI, y a lo mejor por entrar en los 40 años, que me encontré con nuevas propuestas y con la necesidad de adoptar nuevos hábitos, que me están funcionando muy bien.

En paralelo a mi trabajo personal, en los últimos años, coincidiendo con el podcast, propuse en el hospital en el que trabajo, un proyecto que va encaminado a enseñar a los pacientes, qué pueden hacer ellos para cuidarse y para hacerse cargo de su salud.

Parece algo simple, pero a la vez es sumamente complejo. Bastaría con saber que tenemos que hacer cosas para que nuestro cuerpo y nosotros, en general, funcionemos mejor. Simplemente enseñar que hay que tener hábitos y formas de hacer las cosas encaminadas a que nuestro cuerpo pueda llevar a cabo sus funciones de la mejor manera.

Sería tan fácil como decirle a alguien la forma de poderse alimentar bien, de hacer ejercicio, hidratarse correctamente, dormir por la noche un mínimo de horas, gestionar el estrés y mantener un equilibrio mental y emocional.

Sencillo ¿no?

¡¡¡Pues no lo es tanto!!!

Lo primero para tener en cuenta es, que no tenemos la información correcta, el manual de instrucciones de cómo funciona nuestro cuerpo, y como nos podemos optimizar, no está escrito. Hay realidades individuales y directrices que nos pueden ser muy útiles.

Mi intención es ser lo más riguroso posible. De todas formas, en esta serie, intentaré hablar a grandes rasgos, sin sectarizarme y sin entrar en muchísimos detalles.

Como norma general deciros que la vida es pura subjetividad, por mucho que nos intenten vender que existe un conocimiento objetivo de la realidad, por mucho que intentemos buscar verdades supremas, éstas no existen y si hay alguna, o es muy obvia o cuesta encontrarla.

Me atrevo a hablar de estos temas, además de por mi formación, por los años que llevo estableciendo y perfeccionando este proyecto salud, por cada error cometido que me ha permitido aprender más y poder aportaros mis fracasos y éxitos en este camino que es la vida y la salud.

Cómo digo, el primer obstáculo a salvar es la falta de información, o el exceso, según el caso. El que no dispongamos de la información correcta, nos lleva a no saber ni por dónde empezar o ni habernos planteado que nuestra salud, hasta cierto punto, depende de nosotros.

Tras la falta o intoxicación informacional viene un segundo y gran obstáculo, la resistencia a cambiar hábitos. Si somos como somos es porque no lo hemos podido hacer de otra manera ¿no?

No somos malos, ni buenos, ni mejores, ni peores, somos como somos.

Si me aparto de los demás, o soy muy sensible a los comentarios es porque en su momento he visto que esa conducta me aporta beneficios, alguien me lo ha enseñado y ese proceder ha prevalecido por encima de otros. Es lo máximo que me he podido permitir, aunque no sea lo óptimo. ¿No sé si me explico?

Es otra premisa básica, todo lo que te propongo, que sería interesante cambiarlo, no entraría porque sí. Esta información, estas propuestas, se van a encontrar con un constructo mental y físico, tu cuerpo y tu alma luchando contra una idea ajena a ti.

Mucho hay que calar para que el cambio se haga efectivo.

¿Te ha pasado no? Ir a tratarte, que te propongan un cambio de hábitos y ver que no eres capaz de mantenerlo. Querer adelgazar para entrar en un pantalón y conseguirlo, pero volver de nuevo a lo que eras antes de adelgazar o peor. Apuntarte al gimnasio en septiembre y borrarte de nuevo en junio.

No te juzgues, los gimnasios viven de eso y las empresas de suplementos dietéticos también. Si consiguiésemos cambiar nuestros entramados internos, los gimnasios estarían llenos, no serían rentables (Hablo por hablar) y las empresas de dietas milagrosas y suplementos tendrían que buscar otro milagro con el que lucrarse.

Con todo este podcast, aunque este disfrazado entre miles de palabras, una de las cosas que estoy intentando transmitir es esto, información válida para cuidarse y, sobre todo, confrontar creencias, para que encuentres ese razonamiento que te lleve a desbloquear o arreglar el mecanismo roto que tienes, que no te permite cuidarte.

En el Hospital en el que trabajo, me encargo, 3 horas a la semana de hacer tratamiento a pacientes que tienen programada una cirugía bariátrica. Son personas con obesidad a las que les han propuesto una intervención que reducen el tamaño del estómago para perder peso.

La mayoría de las veces, el paciente ya sabe qué es lo que debería hacer para perder peso, pero les es imposible hacerlo.

Mi papel como fisioterapeuta en estos casos es dar unas pautas de ejercicios respiratorios, ejercicios de fuerza y ejercicios aeróbicos para que los realicen hasta el día del ingreso y que, después de la Intervención sepan lo que han de hacer, en cuanto a movilización precoz, hasta que venga el fisioterapeuta de planta.

Lo más importante para mí, además de que no tengan dudas en cuanto a qué ejercicios hacer, es que tengan claro que hay que empezar a hacer ejercicio y que este hábito hay que mantenerlo hasta la operación, reajustar la actividad los días después de la intervención quirúrgica y, cuando se estén recuperando, mantener este hábito para siempre.

El hecho de que el ejercicio físico se ha de mantener de por vida, no es porque estén enfermos, que no lo están, sino porque la actividad física es inherente a la vida humana, nuestro cuerpo funciona si se mueve, si no se mueve entra en disfunción.

Por suerte o por desgracia.

Pues hoy, que estoy escribiendo estas líneas, hemos hecho un poco de charla y les he pedido que me hiciesen todas las preguntas que tuviesen.

Una de estas preguntas ha sido muy interesante:

¿Cómo lo hago para hacer los ejercicios? Con toda la faena que tengo, el trabajo, mi casa, mi hija… no me da la vida para además hacer ejercicio….

Esto es una realidad que la gran mayoría de la población tiene y es un planteamiento que nos hemos hecho la mayoría de nosotros, por no decir, todos, casi seguro.

Y es verdad, si lo tengo todo lleno, como voy a hacer más. ¿pero lleno de qué? Plantéatelo.

La respuesta que yo le di fue similar a lo que te voy a contar.

Tiempo tenemos… el tiempo no es un problema. Salvo en algunos momentos de la vida, el tiempo no es el problema. El problema es ir sin rumbo, sin un plan, sin ningún tipo de control.

Con tener control no me refiero a saber dónde están mis hijos, mi pareja en todo momento y tener controladas las facturas, la compra, las comidas de la familia y lo que hacen mis compañeros de trabajo.

Cuando hablo de control me refiero a tener controlado hacia donde te diriges tú.

Es decir, como os proponía en el capítulo 3 que lleva el nombre de esta serie. Sentarte periódicamente a afilar tu hacha, para que cuando tengas que cortar no estés dando golpes con una herramienta que no funciona.

Establecer un plan, unos objetivos y saber hacia dónde vas. De esto voy a acabar hablando en profundidad, y espero poder explicarte como hacerlo, o incluso me molaría montar un buen curso. Ya veremos.

El caso es que has de establecer un sistema, si te interesa te puedo ayudar, en el cual tengas una perspectiva de hacia dónde quieres ir… y una metodología que te permita ir en esa dirección.

Con toda esta perspectiva, lo que consigues es saber hacia dónde vas, que objetivos te marcas y empezar a trabajar para llegar a ello. Es algo que por inercia lo puedes llevar a cabo, pero créeme que se establece un compromiso, cuando el pacto es contigo mismo y cuando lo llevas por escrito.

Intento ponerte un ejemplo. Quieres estudiar inglés. Es algo con lo que siempre te fustigas, tengo que apuntarme a inglés, me voy a bajar una aplicación para ir estudiando a ratos.

Cómo estudiar inglés puede ser aprender a tocar el piano, estudiar una carrera, hacer dieta o planear un viaje.

El caso es que ante de empezar a tomar decisiones, apuntarte a una escuela de inglés, o bajarte esa aplicación, es interesante que te pares a ver qué estás haciendo, que más quieres hacer, sacarlo todo fuera, en una libreta, en una hoja, en un procesador de texto, en donde quieras, pero que lo puedas ver. 

En el momento que descargues todo lo que hay en tu cabeza en el formato que decidas, y veas realmente que es lo que sobra, que es lo que puedes delegar, que es lo que debe quedarse… valorar que es lo que realmente quieres hacer, que es lo que te permite sobrevivir y que es lo que te potencia.

Hay cosas que las vas a hacer para poder seguir adelante y otras para sentirte bien, realizado/a.

Cuando las cosas que te llevan a tus objetivos están ahí, entonces puedes valorar si el inglés lo necesitas y que recursos te puedes permitir para tomar la decisión más adecuada.

Hago un intensivo de inglés, me apunto a la escuela oficial 2v/semana, me bajo una aplicación. Tengo solo el compromiso de ver películas en inglés. Escucho podcast… lo que puedas permitirte que esté alineado con tus objetivos… Si aprender inglés realmente es algo que necesitas, que quieres y que está por encima de otras necesidades o pretensiones.

Pero has de verlo, es importante que toda esa información esté fuera, la puedas ver y ordenar, a partir de ahí es donde se toman las decisiones.

Pues bien, el proyecto salud, el que hagas cosas para estar mejor, ha de entrar en esas prioridades, sin volvernos locos. Pero hemos de encontrar las cosas más provechosas para mejorar nuestra salud, que nos aporte los mayores beneficios y a partir de aquí, ir introduciendo progresivamente cambios. Los que nos podamos permitir, sin culpas, sin prisa, pero con criterio y sin pausa.

Os puedo garantizar que, si venías de malas dinámicas personales, esta es la única vía de cambio. Con objetivos claros, con necesidades sanas y paulatinamente.

Mi compromiso en esta serie del proyecto salud, es intentar acercarte aquello que te lleva a estar mejor, a cuidarte y a obtener los mejores resultados con la menor intervención posible.

A este nivel te aconsejo el podcast de fitness revolucionario y el de Carlos Perez Regenera, son dos con los que no he parado de aprender. Además, Marcos Vázquez de Fitness revolucionario es de los mejores divulgadores en salud que hay. No te diré que estoy de acuerdo en todo con él, pero sí al 99%, y con muchísimo rigor.

En el capítulo de hoy tienes pocos consejos directamente sobre salud, pero trazar un plan, tener propósitos y tirar adelante con ellos es lo primero que tenemos que conseguir.

¡¡¡No hay nada más peligroso que un loco con un plan!!! Pues eso, establezcamos el plan y nos vemos en el siguiente capítulo de esta serie para seguir hablando de cómo cuidarnos.

Recuerda que si te está gustando el capítulo es de mucha ayuda que le des una buena valoración y compartirlo con amigos o allegados a los que les pueda interesar.

¡¡¡Muchas gracias por vuestro tiempo, ha sido un placer y hasta siempre!!!