45 Los AINES y la inflamación aguda
Resumen
El episodio del podcast explora el papel de los AINES en los procesos inflamatorios agudos, desafiando creencias arraigadas. La inflamación es una respuesta del cuerpo a lesiones o cambios, y es parte de un conjunto de respuestas del organismo a las eventualidades. Ante un proceso inflamatorio agudo, como un traumatismo o una cirugía, es crucial entender que la inflamación es un proceso natural de curación y no un enemigo a combatir. Los AINES pueden aliviar los síntomas, pero su uso indiscriminado puede interferir con la curación natural del cuerpo. Es importante permitir que el cuerpo se cure, brindándole descanso, nutrición adecuada, y evitando el estrés. El episodio sugiere un enfoque más reflexivo y menos dependiente de la medicación, reconociendo que cada situación requiere una evaluación individualizada. Además, planteo la diferencia entre inflamación aguda y crónica, y propongo explorar el uso de AINES en procesos dolorosos crónicos en futuros episodios.
Guion
Hoy os voy a hablar del papel de los AINES en los procesos inflamatorios agudos. Es un tema muy interesante y puede suponer un cambio de paradigma, o al menos un choque muy grande con muchas creencias que tenemos arraigadas.
En el capítulo anterior de esta serie, el 41 entramos a explicar lo que es la inflamación, y cómo se generaba, así como unas nociones o un avance de lo que os voy a contar hoy.
Algo que no os dije es que la inflamación, que es el resultado de la acción del sistema inmunitario ante una lesión o ante un cambio en el medio, es solo una parte de la respuesta del sistema inmune, y además la acción del sistema inmune es una parte de las respuestas que da el cuerpo ante las eventualidades a las que se ve expuesto.
Esto es importante que lo tengamos claros de cara a acercarnos a la realidad del cuerpo humano, sobre todo cuando nos proponemos a entender la vida y cuando queremos entender a la persona que viene a solicitarnos ayuda.
La inflamación y la actividad del sistema inmune se estudian de forma aislada, reacción a reacción, pero no es el objetivo de este podcast.
Lo que quiero hacer entender es que cuando nos hacemos daño, cuando nos intoxicamos, cuando nos informa el virus de la gripe, lo que pasa es que todo el sistema, todo el cuerpo se pone a trabajar.
Desde la movilización de energía de unos sistemas a otros, a la activación de mecanismos neurológicos de defensa, como puede ser la tos, la diarrea, los vómitos. La movilización de recursos, para aumentar la temperatura corporal, la llegada de sangre a ciertos puntos, poner el sistema a tope para facilitarle la vida a las células del sistema inmunitario. Lo que conocemos como fiebre, tan temida y apagada.
De lo que os vengo a hablar hoy precisamente, es de qué podemos hacer ante un evento agudo, cómo entender lo que verdaderamente nos pasa y dar unas bases a la propuesta que os haré.
Vamos por tanto a ponernos en situación,
Tenemos un proceso inflamatorio agudo. Empezamos por aquí.
A priori un proceso agudo lo vamos a entender como aquella reacción que hace el sistema inmune, el cuerpo, para responder a un daño real o potencial en algún tejido del cuerpo.
Es un proceso fisiológicos, natural, con una causa y lo más habitual es que esté limitado en el tiempo y en proporción al daño recibido.
Por otro lado, hay procesos inflamatorios de carácter más crónico, sin una causa aguda clara directa y que son intentos del cuerpo por compensar situaciones disfuncionales. De esto os hablaré más adelante.
Ante un proceso agudo, un traumatismo, una intervención quirúrgica está claro, hay una causa y no hay mucho que entender. Deberíamos dejar pasar un tiempo acorde a la magnitud de la lesión, a la edad y al estado de base del individuo; y este proceso tendría que autolimitarse solo.
Hay muchos matices, pero por regla general lo que se tendría que ir controlando y cuidando es el estado de los tejidos, la salud general de la persona y acompañar el proceso inflamatorio.
Puede pasar que se prolonguen los tiempos, que al cuerpo le cueste más tiempo curarse y regenerar y aquí es donde hay que investigar en la salud, en el terreno…. Buscar aquellas entidades como la inflamación crónica de bajo grado o las enfermedades autoinmunes o estos híbridos entre dolor inflamatorio sobre un terreno de hipoxia en el tejido, que es lo que más habitualmente nos encontramos en la clínica.
Cómo enfrentamos este proceso agudo.
Lo primero es entender que los síntomas que tenemos, la inflamación, no son un enemigo contra el que combatir. La inflamación es precisamente un amigo que nos está curando, es un intento del cuerpo para sanar un daño que ha sido provocado por un factor, normalmente externo, como puede ser un traumatismo, pero también un cambio de temperatura, un agente biológico o un tóxico.
Se genera un daño y la inflamación es la reacción del cuerpo, no solo el sistema inmune, sino de todo el cuerpo para ofrecer resistencia al daño y para iniciar los procesos de regeneración.
En la sociedad el papel de la inflamación no está bien entendido, ya no hablo a nivel médico, sino a nivel general, cuando alguien sufre algún tipo de dolor, la tendencia es recurrir a medicación que frena ese dolor o esa inflamación, y muchas veces se tiende directamente a tomar ese antiinflamatorio que se vende sin receta médica.
Los antiinflamatorios
Déjame que te hable primero de los antiinflamatorios. Básicamente hay tres grupos de medicamentos que intervienen sobre la inflamación.
El primero son los AINES, este nombre viene de las siglas de antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno, el diclofenaco o el paracetamol, lo que hacen es frenar la degradación de las grasas inicial, lo que os expliqué en el capítulo 41 del podcast, frenando así la producción de prostaglandinas y limitando de raíz la inflamación.
El segundo grupo son los corticoesteroides, hormonas artificiales que imitan al cortisol natural que segrega la corteza de la glándula suprarrenal. Estas moléculas van al núcleo de la célula e inhiben directamente la actividad inmunitaria. Son mágicos, la verdad, pero tienen sus sombras.
El tercer grupo son fármacos de más reciente creación, los denominados Medicamentos Biológicos: Estos son fármacos que se dirigen a proteínas específicas en el sistema inmunológico para reducir la inflamación. Se utilizan para tratar enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn y la psoriasis.
Tanto los corticoesteroides como los medicamentos biológicos se comercializan solo bajo prescripción médica.
En este capítulo entro a discutir el uso masivo que hacemos de los AINES, que son medicamentos que consumimos más habitualmente.
Lo que justifica su uso es que nos permite aliviar el sufrimiento en la persona, y esto es interesante. Pero con buena información podemos mitigar este sufrimiento y permitir el buen funcionamiento y la recuperación del cuerpo. Si os parece lo intentamos desarrollar.
Desarrollo, tienes síntomas inflamatorios y el tomar el AINE, en el corto plazo, te sientes mejor, Joder, es de puta madre, ¿No?
Pues no, el problema es que los síntomas y el proceso inflamatorio nos hacen sufrir por algún motivo, ¿Te lo habías planteado?
Cuando estás en modo trabajo, en modo estrés, toda la energía en tu cuerpo va para los sistemas que la solicitan. El sistema musculoesquelético, el sistema nervioso, el corazón, los pulmones.
Estas luchando, estás huyendo, estás construyendo, no te puedes regenerar, en estos estados incluso muchas veces estamos microlesionándonos.
Para poder curar, para poder regenerar tienes que parar, sí amigos, tenemos que parar, descansar y bajar el ritmo, no parar hasta que estemos curados, sino simplemente bajar el ritmo y dar espacio para que el cuerpo desplace su energía a los sistemas que la necesitan.
Por lo tanto, el dolor y la inflamación, nos hacen sufrir, para que paremos, para que permitamos trabajar al cuerpo.
Si frenamos el proceso inflamatorio de forma artificial, sin que haya una indicación médica clara, sin que haya peligro para el individuo, simplemente por no tener síntomas, porque la inflamación es mala… estamos frenando el proceso de curación natural, estamos evitando que, un proceso inflamatorio se instaure.
La autolimitación de la inflamación
Vamos a hablar de otra idea interesante. ¿Creéis que es necesario controlar y parar la inflamación? ¿Qué pasa si no la paramos?
Lo expliqué en el capítulo 41, pero básicamente lo que va a pasar es que tras un pico inflamatorio se inicia un proceso de autolimitación y resolución a través de la degradación de grasas omega 3. Cuando frenamos la inflamación no dejando que las prostaglandinas hagan un pico inflamatorio, el resultado es un tejido final, después del proceso, de peor calidad y un tiempo de recuperación más largo.
Pensarlo bien, 200.000 años de existencia del homo sapiens, con procesos inflamatorios autolimitados, ahora resulta que somos dependientes de un medicamente que data de los años 60 del siglo pasado.
CONDUCTA ANTE UN EVENTO INFLAMATORIO AGUDO
Cómo reaccionar ante un proceso agudo, lo primero es mirar que no haya peligro, que la persona, o nosotros mismos, estemos estables, que no haya peligro, que no haya nada roto…
A partir de aquí, en condiciones de seguridad, ir controlando cómo evoluciona, algunas medidas que os comento más adelante y dejar que todo fluya.
Otra idea sería la de utilizar el antiinflamatorio para que la persona descanse si es un proceso largo. Me explico, es posible que el proceso se alargue y el descanso o la fatiga causen estragos.
En estos casos es una ayuda, un buen motivo para tomar un AINE. Pero si la persona está bien, la propuesta es evitarlos en la medida de lo posible.
Por supuesto, se puede dar el caso de que la inflamación sea descontrolada, en estos casos es una maravilla disponer de herramientas como los antiinflamatorios, que van a salvar a la persona. Además, en casos como estos es necesario estar en un medio sanitario con supervisión de un equipo médico.
Los extremos no son buenos, ni nunca un aine, ni medicarnos ante cualquier evento. En el gris clarito están las claves.
¿Qué más podemos hacer?
Entender el proceso, relajarnos, dar sustrato, hidratación, sol y movimiento. Ya está, fácil, después lo alargo.
Otra cosa difícil, aceptar el problema, nos hemos hecho daño, posiblemente tardemos meses en recuperar aquello que se ha lesionado en un segundo, pero hay que asumirlo… injusto, duro, difícil, pero hemos de intentar que nuestra mente no amplifique los síntomas, que nuestro sistema no aumente su alerta.
Nos hemos hecho daño y tenemos una lesión aguda ¿el evento lesivo ha pasado? ¿Sigue habiendo peligro? ¿Estamos seguros? Si es que sí, vamos a entrar en estado de calma para poder relajarnos y favorecer los sistemas de autorregulación que hagan su trabajo. Difícil ¿verdad?
Pero aún hay más ¿Podemos permitirnos el parar? El componente social, económico. No todo el mundo puede permitirse parar… es un tema super complejo, por eso me repito tanto con esta propuesta y le doy tantas vueltas, creo que es algo que debemos cambiar, pero hay muchísimas realidades y desde aquí es difícil aportar soluciones globales… solo aspiro a hacerte pensar un poco.
A nivel nervioso, el estado de calma favorece los procesos de regeneración, el estrés agudo nos hace sobrevivir, de hecho, ya os hablaré de ello, pero un pico agudo de estrés segrega aminas vasoactivas, como la noradrenalina que lo que van a hacer es ponernos a tope para lucha o huir, pero otra maravilla que se da justo después es la secreción de cortisol.
El cortisol, es el nuevo demonio en occidente, la gente habla del estrés y el cortisol como algo malísimo, pero el cortisol es una maravilla, es el que viene a apagar los fuegos de la inflamación aguda para que el cuerpo siga funcionando.
La noradrenalina, la dopamina, nos encienden, aumentan la actividad celular, el cortisol es el que frena este proceso, ¿Cuál es el problema?
Que después del incendio y del apagado hay que limpiar y regenerar y para eso necesitamos reposo, actividad neuroinmunoendocrina y buenos alimentos.
Es decir, una vez ha pasado el peligro, el recogernos, el reposar, nos llevan a la regeneración y, por lo tanto, a sanarnos.
A nivel general, una tercera cosa que podemos hacer es darle a nuestro cuerpo los sustratos que necesita para podernos recuperar en las mejores condiciones posibles.
Es muy interesante, mantener adecuados niveles de ingesta de ácidos grasos poliinsaturados, es decir, pescado, sobre todo azul, marisco, huevos y carne, de la mejor calidad posible.
Esto no hace falta esperar a estar lesionado, hacerlo ya… vuestro equilibrio omega 3 / Omega 6 mejorará y os recuperaréis mejor. Además vale la pena aumentar el consumo de verduras, fruta de todo tipo y color con el aporte vitamínico y mineral que nos dan.
Correcta hidratación, calma y tranquilidad, nos estamos recuperando y si es posible exposición solar.
Dejo un inciso, pero en periodos de no inflamación, es muy necesario e interesante la exposición a estímulos horméticos, ya os hablaré de ello más adelante.
Por otro lado, iniciar el movimiento lo antes posible. Si nos hemos hecho daño en un brazo, pues a caminar, si nos hemos hecho daño en una pierna, intentaremos a iniciar apoyo lo antes posible y a tolerancia, sin forzar, pero sin miedo, siempre con consentimiento médico, ya que hay lesiones que no permiten el apoyo de la pierna en el suelo ni cargar peso.
Pero si no hay contra indicación, a moverse. Si no se puede apoyar, pues hacer ejercicios con las extremidades superiores, ejercicios respiratorios y de trabajo de tronco.
Resumiendo, para ir acabando.
No se trata de ser extremistas, no se trata de NO a los AINES o los corticoides. Se trata de usar el sentido común. Si la lesión es comedida, en una región del cuerpo y el único problema es que nos duele, relajémonos, sepamos que es transitorio, démonos el lujo, individual y socialmente de parar a recuperarnos… si te es posible
Tomarse el Aine e irse a trabajar, es una solución en el corto plazo. Tu empresa o tú, ganáis hackeando a la naturaleza, pero en el medio plazo tus albañiles van a ir haciendo ñapas en tu estructura.
No lo pagas hoy, pero en mayor o menor proporción te pasará factura más adelante.
Si pensamos en salud, es mejor dejar que el cuerpo haga su trabajo, aunque la patronal no esté de acuerdo, jejej.
Y para acabar imaginad un proceso inflamatorio agudo a nivel de la laringe, el típico dolor de garganta, el principio debería ser el mismo, no te hinches a AINES para que no te duela, evita las temperaturas muy frías o muy calientes que puedan irritarte, evita tóxicos que inflamen las vías respiratorias, como el tabaco y cuida la voz.
Date el tiempo necesario y que cures y regeneres bien.
Con esto he dado cuatro ideas, que he repetido mucho y en el siguiente episodio le vamos a dar una vuelta a este tema de los antiinflamatorios de cara a los procesos dolorosos crónicos.
Tenemos que entender y dejar claro, que no es lo mismo inflamación aguda, lo que hemos dicho hoy, que la inflamación de carácter crónica.
Nos vemos en el próximo post.
Un placer y hasta siempre.